La ciudad de Elda fue escenario de los instantes finales de la Segunda República y durante diez días fue la capital de España, cuando el Gobierno de Juan Negrín decide trasladarse desde Valencia en busca de una zona más alejada del frente de batalla y con más opciones para abandonar el país llegado el momento.

Antes de los momentos finales de la Guerra Civil, Elda asumió un gran protagonismo en la retaguardia como ciudad industrial y de acogida, tanto de la población que huía de la contienda como de los soldados y voluntarios que resultaban heridos en el campo de batalla.

Durante la guerra, las fábricas de zapatos, gestionadas por los sindicatos, se unieron bajo el Sindicato de la Industria del Calzado de Elda y Petrer (SICEP) para mantener la producción. Sin embargo, con el paso de los meses, las instalaciones fueron reconvertidas para fabricar productos para la guerra, como botas, ropa militar, mochilas o correas. Incluso los talleres mecánicos o del metal fueron destinados a la producción de blindajes para vehículos militares o incluso de bombas.

Fueron años de penuria por la llegada de cientos de refugiados y de heridos y por la escasez de alimentos. El dinero también escaseaba, por lo que el Ayuntamiento de Elda puso en circulación billetes que sólo tenían valor en la ciudad.

El 25 de febrero de 1939, en la recta final de la guerra, el Gobierno de la República se traslada de Valencia a Elda por su estratégica posición: bien comunicada por carretera con Madrid y con Alicante, con una línea férrea y con un pequeño aeródromo ubicado en El Fondó (Monóvar).

La finca El Poblet fue el lugar elegido como residencia del presidente del Gobierno. Bajo el nombre en clave de ‘Posición Yuste’, El Poblet acogió las reuniones de los dos últimos consejos ministeriales (el 28 de febrero y el 5 de marzo de 1939) y también las reuniones de Negrín con los mandos militares y el personal gubernamental.

La llegada del Gobierno de la República a Elda, Petrer y Monóvar supuso, además, el traslado de otros órganos ministeriales y gubernamentales que se instalaron en diferentes edificios y dependencias de la ciudad, como las Escuelas Graduadas (en la actualidad Colegio Padre Manjón). La calle Nueva se convirtió en el epicentro de la actividad gubernamental ya que en ella se ubicaban los edificios de Correos y de Telégrafos, el Banco de Elda y otras sucursales bancarias, el Casino y varias sedes de sindicatos y partidos.

También se habilitaron varias viviendas en diferentes zonas para personal ministerial y miembros del Gobierno. Cerca del casco urbano, se estableció la ‘Posición Dakar’. Se trataba de una zona en la que se ubicaban varias casas de recreo que habían sido incautadas y en ella se alojó el personal del Gobierno vinculado al Partido Comunista, como Dolores Ibárruri, La Pasionaria; Enrique Lister, Juan Modesto, Rafael Alberti, María Teresa León, entre otros dirigentes.

En una de las casas de la ‘Posición Dakar’ se celebró la última reunión política de Juan Negrín, quien acudió a comunicar a los dirigentes comunistas la decisión de abandonar España ante la inminente victoria franquista. El viaje hacia el exilio comenzó el 6 de marzo en el aeródromo de El Fondó. En un primer avión salieron La Pasionaria y sus acompañantes, entre ellos Rafael Alberti y María Teresa León, con destino a Orán. En un segundo avión, de mayores dimensiones, partió Juan Negrín y el resto de miembros del último Gobierno de la República con destino a Toulouse. 

El 29 de marzo de 1939 las tropas franquistas hicieron su entrada en la ciudad de Elda, la capital de España durante diez días.