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El Monumento a Emilio Castelar preside desde 1932 la plaza que lleva su nombre y que desde entonces es epicentro del día a día de la ciudad. El monumento está levantado sobre una gran basa de piedra coronada por la estatua de Castelar, último presidente de la Primera República. La escultura mide 1,64 metros, está modelada en bronce y la base de piedra mide 9,42 metros.

La primera piedra se colocó el 16 de enero de 1932 y fue realizada por Niceto Alcalá-Zamora, primer presidente de la Segunda República. Fue un momento cargado de un simbolismo enorme y de un indudable sentimiento republicano: el primer presidente de la Segunda República rindiendo tributo al último presidente de la Primera República. Durante su estancia en Elda, Alcalá-Zamora visitó el Ayuntamiento y las fábricas de calzado de Rodolfo Guarinos y de Francisco Rivas.

El monumento, obra del escultor segoviano Florentino del Pilar, fue inaugurado el 7 de septiembre de 1932, coincidiendo con la celebración del Centenario del nacimiento de Castelar. Acudió Miguel de Unamuno, que ese mismo día protagonizaría una histórica velada literaria en el Teatro Castelar.

Desde entonces y hasta la actualidad, el monumento y la estatua de Emilio Castelar presiden la plaza. La personalidad política de Castelar, alejada del republicanismo federal y ateo, y su fuerte arraigo en la memoria eldense, evitaron que fuera eliminada tras la Guerra Civil.